Es la capacidad de un sistema para autorregularse, decidiendo por sí mismo cómo gestionar el flujo de información y energía que lo atraviesa. Cada parte (persona, equipo) tiene autonomía para regular su ámbito y nivel, con la única condición de respetar la autorregulación del resto de niveles que componen la organización.
Las personas trabajadoras hacen propuestas sobre campos en los que les gustaría trabajar y desarrollarse. Eligen y consensúan con sus compañeras sus propias formaciones, con el objetivo de contribuir al propósito de la organización a través de nuevos proyectos.
El contenido está disponible bajo la licencia CC BY-SA 4.0 salvo que se indique lo contrario | Gracias por mencionar a Impact Hub Donostia y Nagore Olarra (Ilustraciones).
powered by humanwebs.com